lunes, 7 de abril de 2008

Diez años de olvido bastaron para desplomar San Juan de Montealegre

E.Gancedo-Diario de León
Cojamos un rincón al azar de la geografía leonesa y situémoslo en cualquier otra autonomía, digamos por ejemplo Cantabria, Asturias o Navarra. Arquitectura secular única, monumentos de prácticamente todas las épocas, naturaleza e historia creciendo a la par, molinos, presas, castillos... los gobiernos de esas regiones sin duda aprovecharían -como hacen en sus respectivos territorios- ese gran filón turístico, social y cultural poniendo en valor el patrimonio existente para hacer que sea orgullo de paisanos y fuente de ingresos. Pero en nuestras comarcas eso no está pasando. Están muy lejos de alcanzar todas sus potencialidades. Y como ejemplo de todo ello, una comarca, la Cepeda, y quince intelectuales vinculados a ella que han unido sus esfuerzos para divulgar su rico patrimonio y, a la vez, denunciar los imperdonables olvidos a los que se ven sometidos pueblos y monumentos. Imágenes y reflexiones que se incluirán en un libro, Recorridos por la Cepeda , una iniciativa de la asociación cultural Rey Ordoño I que prepara, para fechas próximas, la edición de este interesante volumen coral.

Uno de los participantes en la publicación es el periodista y escritor nacido en Villamejil Tomás Álvarez, quien también ha querido proporcionar una lista de los más vergonzosos olvidos cepedanos. «En este listado de ruinas, la más ignominiosa es la de la iglesia del monasterio de San Juan de Montealegre», asegura Álvarez.

«El centro religioso dependió, en origen, del monasterio de San Martín de Montes, y pasó luego a los hospitalarios, quienes debieron construir la iglesia románica de la que sólo quedan ruinas -explica-. En la primera mitad del siglo XX, cuando el erudito Gómez Moreno visitó el lugar, el templo estaba aún en buen estado, con su torre megalítica y su magnífico ábside poligonal». «María Concepción Cosmen Alonso estima que la obra es protogótica, de los primeros años del siglo XIII -continúa-, justo después de que el templo pasara a la orden de San Juan de Jerusalén. Su planta correspondería a un templo de tres naves, con la central más ancha. Los ábsides laterales tienen una anchura de 3,5 metros, en tanto que el central es de 5,5».

Recuerda Tomás Álvarez que hacia 1940 «se cayeron las bóvedas y en 1954 el obispado recogió algunos capiteles y ménsulas, que fueron expuestos en la muestra de Las Edades del Hombre de Astorga, en el año 2000». En la segunda mitad del XX fueron derruyéndose distintas partes: «Los ajedrezados de sus ventanales fueron robados apenas hace una década. Ahora, cuando sólo queda un montón de ruinas¿ se ha cercado con una alambrera».

En lo que respecta a la obra, sus organizadores recuerdan que se trata de un peculiar libro de viajes en el que cada autor, con libertad total de formato y estilo, muestra unos paisajes queridos de la geografía comarcal. Entre los narradores se describe la totalidad de lo que históricamente se consideró como Merindad de La Cepeda: los municipios de Valdesamario, Quintana del Castillo, Villagatón, Villamejil, Magaz de Cepeda y Villaobispo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que es un libro muy interesante. No es nada caro. Visité una exposición en un pueblo de la Cepeda y lo compré allí mismo. También hay más información en Internet en una pagina de editorial.
Os dejo la página
http://www.puentedeletras.com/