Lo que estos días nos están presentando, sobre la fusión, no-fusión, que lo llamen como quieran y que inventen el nombre que les parezca mejor, pero las fusiones son fusiones y punto, se las llame como se las llame, bien lo sabe el refrán “aunque la mona se vista de seda…”; es decir, vistan como vistan a esta mona, lo que es, es lo que es y eso no es otra cosa que una fusión. Las presentaciones, por supuesto no son en Salamanca, ni en Ávila, ni en Segovia, ni en León, ni en Burgos. Son donde se hacen estas cosas, en Valladolid.
El Sr. Herrera, mientras, se sienta al lado de gentes que ven a las Cajas como si fueran bancos, meros negocios a los que eluden otorgar ningún matiz social -salvo cuando se habla de impuestos- y por tanto donde lo único relevante son los beneficios, eludiendo las preguntas sobre puestos de trabajo, diciendo que sí, que quizás a medio plazo… que 1+1 nunca son 2 que a veces son 1,2… Nada se dijo de las obras sociales, menos aún de los clientes que ni siquiera se beneficiarán de poder sacar dinero de los cajeros de las otras entidades sin comisión, ni -por supuesto- de los impositores, a los que no se da ni voz ni voto en el grupo, a los que por tanto se coartaran sus posibilidades de tomar decisiones en el seno de las cajas.
Cuanto menos, resulta gracioso que el Sr. Pablos, se reúna con una asociación de impositores y les diga que ninguna decisión será tomada sin su apoyo; o bien el Sr. Pablos no se entera o bien miente descaradamente; las decisiones ya han sido tomadas, quizás no por él, quizás desde Valladolid, pero ya han sido tomadas.Mientras Herrera habla de clamor, ¿clamor? Desde UNIÓN DEL PUEBLO SALMANTINO no sabemos dónde lo oye, quizás sea el eco..., porque desde luego a nadie, al menos en las provincias con caja, les gusta este invento de me fusiono, pero para que los cargos no se enfaden les respeto su asiento. Primero porque la gente no quiere una Caja de Castilla y León, sino una caja de su tierra, y segundo, porque tampoco quiere equilibrios jurídicos que como única finalidad tienen vestir a la mona y además posibilitar que los que "chupaban del bote" lo sigan haciendo y a ellos se les sumen otros pocos más. En fin, que a la gente no le gusta los despropósitos y éste es el más grande desde que se creó la propia Comunidad Autónoma.
Nos dicen con tecnicismos, que si no se fusionan, las Cajas no crecerán, que se quedarán como están, les falta decir que en ocasiones es necesario podar las ramas que sobran para que salga otras nuevas, pero eso no lo dicen porque podar no es podar, sino despedir, y despedir en provincias donde el paro no es que sea un asunto menor, no es algo políticamente correcto. Dicen que de lo contrario no podrán crecer, lo que no dicen es que quizás una fusión dentro de la misma comunidad autónoma, donde se dan duplicidades de sucursales, no sea la más conveniente económicamente, sino la que más conviene a los políticos de Valladolid. Por ejemplo ¿no sería mejor que Caja Duero, si ha de fusionarse, se fusionase con Ibercaja, Unicaja, CAM y otras con las que apenas comparte distribución geográfica? Esto le permitiría conservar todos sus puestos de trabajo, ganar incluso más dimensión de la que se propone si solo se hace con las cajas de Castilla y de León e incluso mantener la capitalidad si lo que hace es absorber otras de menor entidad.¿Por qué no hablaron el pasado jueves de estas otras posibilidades?Muy sencillo, porque no se trata de buscar la mejor solución, o la mejor novia a Caja Duero, sino de buscar la mejor novia a Valladolid y a sus políticos.
Si ha de haber fusiones, que se promuevan desde las propias cajas y no por los políticos de turno, para tener más medios en su afán desmedido de poder.
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