lunes, 1 de septiembre de 2008

Cerocerismo para inaugurar la temporada

La Voz de Salamanca
Comenzó a rodar el balón en el Helmántico. Al fin, pensaría algunos, no en vano, el mejor bálsamo para los tiempos de crisis, suele ser que de nuevo los lunes sirvan para hablar del 4-4-2 y la defensa en zona, y no de avatares jurídicos y posibilidades que, remotas o no, generan desasosiego en una afición, más virtual que real, a juzgar por el número de abonados que ha conseguido por el momento la UDS.
Precisamente por la necesidad de conseguir más apoyo social, y porque el partido era televisado, el partido de hoy revestía un interés añadido al que conlleva el inicio liguero de cualquier conjunto.
A los pocos minutos de haberse comenzado el encuentro las cartas iniciales ya se habían descubierto. La Unión ponía sobre el tapete un bienintencionado juego, comandado por Salva Sevilla, que sirvió numerosos balones para Isaac, P. Sergio y Azkorra, una buena colocación y lectura del partido –a excepción de algunos errores normales en el inicio de la campaña- y falta de ritmo y pegada pese a las constantes llegadas al área. El Alavés respondió con orden y concentración. Y con alguna llegada de Toni del Moral, Emilio y Moreno. Con muy poquito, si se tiene en cuenta que en la primera parte a penas tocaron la pelota o con mucho, si se mira el resultado final.
Lo cierto es que las cosas no empezaron demasiado bien para el conjunto de Vitoria, que a los nueve minutos vio como su guardameta Bernardo caía noqueado en un choque con Gorka Azkorra. Para entonces, los unionistas ya habían pisado en tres ocasiones el área del meta lesionado, por medio de triangulaciones protagonizadas entre Isaac, Salva Sevilla y Azkorra.
Tras el parón producido por la lesión y sustitución de Bernardo por Bonis, el ritmo decayó. Fue en esa pequeña transición cuando el Alavés dispuso de dos “ocasiones”. La primera, en un centro de Toni Moral que Igor no llegó a rematar y la segunda, quizás la más clara, tras un error de Gañán, que tras haber robado con acierto el balón a Toni Morán, cedió de manera temeraria a Alberto, pero el balón fue interceptado por Moreno, que cuando lo tenía todo a favor para marcar, se “empachó” de balón.
En el minuto 29, y con el dominio recuperado por parte de los charros, Paulo Sergió realizó un disparo que se fue envenenando hasta el punto de haber rozado el gol. Al córner le siguió otro córner, y a éste, una paredes entre Pedro Botelho y Salva Sevilla y un chut posterior del mediocentro sevillano que salió rozando la escuadra.
“Los goles llegarán, lo importante es hacer ocasiones” diría Amaral en la rueda de prensa. El problema es que no sólo éstas no llegaron sino que tras el paso por vestuarios la Unión se fue desvaneciendo dejando el mando al Alavés, que durante el primer cuarto de hora del segundo acto fue dueño del balón.
La entrada de jugadores de refresco dio aire a una Unión a la que aún falta ritmo de competición. Pero poco más, porque el vitoreado Miku y el canterano Toti no dispusieron de ocasiones, a excepción de sendos disparos nada más saltar al campo y que hicieron que el público despertara de su letargo mañanero.
Antes de la jugada final entre Miku y Toti, precedida por una jugada del también debutante, Cohen, David Catalá se autoexpulsó del terreno, con una protesta absurda en el minuto 86 y una falta –ésta sí, necesaria- en el minuto 89. El baluarte de la anterior temporada, que jugó los 42 encuentros, ponía de esa forma rúbrica, al primer y único borrón del encuentro por parte del conjunto de Amaral.

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