miércoles, 12 de marzo de 2008

Todo es bueno p´al convento

Reza un dicho popular: "Para lo que me queda en el convento, me cago dentro". Pues bien, parece ser perfevtamente aplicable al caso que nos ocupa .
Las hasta hace poco monjas de Grajal, no contentas con haber practicado el expolio y pecar de orgullo, han sumado un nuevo pecadillo a su curriculum, esta vez la avaricia .
Resulta que han vendido al mejor postor el convento superpoblado de termitas invisibles ( una nueva especie, supongo) . Mientras, el pueblo sigue compuesto y sin tallas .
Pero claro, hay religiosas como las Agustinas Misioneras, que se juegan la vida, y a veces la pierden, ayudando a los demás, y luego tenemos ejemplos, como este grupo de avaras usureras , ahora felices en su dorado retiro toledano . Y es que hay monjas y monjas .

1 comentario:

Anónimo dijo...

sin querer meter a todas las monjas en el mismo saco, estas en concreto, son unas ladronas y unas ventajistas